Entre mi familia, la casa y el trabajo, siempre estoy ocupada. Sé que la vida es mejor gracias a las amigas, pero cuando estoy desbordada, se quedan a la cola de mi agenda, incluso detrás de los cumpleaños de los amigos de mis hijos.
No me resulta fácil encontrar un hueco para ver a mis amigas y no suelo ser soy yo la que propone planes interesantes para quedar con ellas. Más bien, soy la que dice la frase “a ver si nos vemos”, en vez de proponer una fecha concreta para vernos. Noto mis resistencias a dejar a mis hijos en casa y salir a divertirme sola.
Sin embargo, una vez al año hay un plan que nunca falla: ir a un concierto de los Hombres G. Tiene un punto un poco friki, pero cantar y bailar las mismas canciones de siempre, y sobre todo estar con mis amigas, es el plan perfecto para volver a casa con las pilas cargadas de la energía bonita que creamos juntas.

Las amistades entre las mujeres son especiales. Dan forma a lo que somos y a lo que todavía tenemos que ser. Calman nuestro mundo interior tumultuoso, llena los vacíos emocionales en nuestro matrimonio y nos ayudan a recordar lo que realmente somos.
Gale Berkowitz
Volver a mis amigas
Recuerdo que cuando era una adolescente lo que más me apetecía era hacer cosas con mis amigas. Más tarde, cuando alguna de nosotras empezó a salir con algún chico, dejamos de vernos todas las semanas. Después, las llamadas de teléfono se fueron separando cada vez más, hasta, ahora en la era digital, pasar a mandarnos un WhatsApp de vez en cuando.
Deseo volver a mis amigas. Con los años, he vuelto a necesitar relacionarme con otras mujeres con las que tengo afinidad, a pesar de que no siempre tengamos estilos y formas de vida similares.
Cuando recuerdo los momentos cruciales de mi vida, siempre he estado acompañada por mujeres. Ellas me han sostenido y me han escuchado sin juicios, estando junto a mí de manera desinteresada, sin esperar nada a cambio.
Cuando paso tiempo con mis amigas, mi estrés baja y mis niveles de oxitocina, la hormona del amor, suben. El mejor antídoto ante la rutina diaria es reírnos juntas. Lo importante es vernos. Para eso, no hacen falta grandes planes ni conciertos: me vale un desayuno de sábado o incluso, una charla entre informes de trabajo. Su complicidad es lo que necesito para saber que puedo compartir lo que me ocurre sin ser juzgada.

“No dejes crecer la hierba en el camino de la amistad”
Platón
Tenemos que vernos más
Me gusta tener cerca a mis amigas, las quiero de verdad y son especiales para mí. Siempre que nos separamos, pienso que tendríamos que quedar más a menudo. Pero la distancia, las obligaciones y la falta de tiempo hace que nos veamos poco.
Mantenernos en contacto exige el compromiso de cuidarse mutuamente. Porque si no lo hacemos, la amistad se va debilitando y acaba desapareciendo.
En el camino, he ido dejando amigas con las que he mantenido relaciones intensas y duele. Duele mucho. No contaba con no seguir compartiendo mi futuro con ellas. Han dejado un vacío en mi vida y las echo de menos.
Si echáramos cuentas del tiempo que nos queda por pasar con nuestras amigas, nos sentiríamos tristes y decepcionadas. Como pasa en este vídeo:
¿Qué es un amigo? Una misma alma en dos cuerpos.
Aristóteles
Los círculos de mujeres
Las mujeres necesitamos vivir, de vez en cuando, en una atmósfera únicamente femenina.
Además de la amistad, las mujeres tejemos otros vínculos entre nosotras, como en los círculos de mujeres.
Pertenecer a un círculo de mujeres es una experiencia sanadora. En un círculo no hay espacio paralas envidias y las rivalidades entre nosotras. No hace falta ser amigas para generar un ambiente de intimidad y hablar desde el corazón. Somos compañeras.
Dentro del círculo, no existe la jerarquía, todas estamos a la misma altura y ninguna mujer es superior a las demás.
Las mujeres nos nutrimos mutuamente y nos construimos las unas a las otras. Cada una comparte su verdad y escucha la de las demás, y se crea un vínculo desde la igualdad, la empatía y la conexión.
El círculo no soluciona nuestros problemas, pero podemos mostrarnos vulnerables porque otras mujeres nos escuchan y entienden cómo nos sentimos.
Al contar nuestras preocupaciones dentro del círculo, éstas se debilitan. Comprobamos que lo que nos pasa a nosotras es lo mismo que lo que les ocurre a las demás mujeres y dejamos de creernos un bicho raro. Nos apoyamos y juntas, nos volvemos más fuertes.

Una flor no piensa en competir con la flor que está a su lado. Simplemente florece.
Zen Shen
La vida es mejor gracias a las amigas
Tengo amigas que conozco desde que éramos niñas, también tengo una amiga-prima, una amiga-casi psicóloga, amigas- compañeras de trabajo, una amiga- compañera de olas, una amiga-vecina de barrio, amigas- madres de amigos de mis hijos, una amiga a la que no conozco en persona y una amiga que es mayor que yo casi 20 años.
Me veo reflejada en cada una de estas mujeres. En ellas veo los temores que yo misma trato de superar y las actitudes que aún intento justificar en mí. También reconozco en ellas su espontaneidad, su intuición, su creatividad, su perseverancia y su alegría. Y al admirarlas, sé que también todas esas cualidades están dentro de mí esperando a salir.
Ellas son parte importante de mí.
Porque la vida es mejor gracias a las amigas.
Cuídalas.

Ahora es tu turno:
- ¿Qué prioridad tienen tus amigas en tu vida?
- ¿Cómo las cuidas?
- ¿Les dices a tus amigas que las quieres?
Como siempre, me encuentras al otro lado de la pantalla.❤
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¿Caminamos juntas?
Un abrazo,

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Hace tiempo tuve una amiga
A la que quería de verdad
Una princesa que andaba a dos pasos
De sus zapatos de cristal
Tú por mí, yo por ti
Iremos juntas donde haya que ir
Tú por mí, yo por ti
Iremos juntas sólo por ir
Tú por mí. Christina Rosenvinge
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Me ha encantado el artículo y me ha hecho reflexionar que realmente me he movido siempre en un mundo de energías masculinas y que he tenido pocas amigas. Mi madre era una buena amiga, pero era mi madre y ahora ya no está. Se fue hace unos años, con lo cual su amistad, tampoco me reconforta ahora. Empecé a salir muy joven con un chico, el que ahora es mi marido, después de 26 años juntos de matrimonio y otros 5 de noviazgo, con lo cual, no llegué a desarrollar verdaderas amistades con mujeres y a dedicarlas el tiempo suficiente cuando surgían, pues como dices, Laura, siempre era prioritario el tiempo para mi pareja y el resto de mi familia. Luego vino mi hijo, y también él estuvo en un lugar prioritario antes de mis amistades. No tuve hermanas, sino un hermano, y por ese lado tampoco llegue a tener una amiga hermana como otras chicas de mi edad.
Me veo ahora en medio de un padre, un hijo, un hermano y un marido. Sin ninguna figura femenina a mi alrededor. Sin embargo, a nivel profesional me veo más que nunca rodeada de mujeres y entre ellas surgen relaciones de amistad muy bonitas. Y la Energía Femenina comienza a inmiscuirse en mi vida de una forma potente, llamando mi atención y haciéndome ver, que hay algo importante que sólo las mujeres podemos hacer o que al menos sólo nosotras podemos hacerlo como sabemos y como sentimos…precisamente por se mujeres.
Mil gracias por ayudarme a reflexionar y mil gracias por la amiga prima que me sabe escuchar.
Ana, me alegro que te haya ayudado a reflexionar y por tu sinceridad contando tu entorno. Tú misma dices que la Energía Femenina está más presente en tu vida. Y cada vez más en todas partes.
Un beso