Cómo no caer en la trampa del crecimiento personal

Cuando quise conocerme más y sentirme mejor, empecé a hacer cursos de crecimiento personal: formaciones, talleres, webinars, ponencias, congresos, charlas, seminarios y programas. Sin darme cuenta, caí en una trampa de pensar que nunca es suficiente.

En mi formación académica y reglada, fui acumulando diplomas de la Universidad, masters, escuelas de negocios o títulos de idiomas. Creí que esto de los cursos de crecimiento personal iba de lo mismo.

Guardo en mi carpeta títulos de naturopatía, sexualidad consciente, respiración ovárica, registros akáshicos, reiki, mindfulness… y puedo seguir. Cada semana llegan a mi e-mail nuevos anuncios. Muchos son temas realmente interesantes. Además, estoy suscrita a varios canales de Youtube y escucho podcasts en el coche. Tengo acceso a mucho conocimiento de una manera muy sencilla.

Sin embargo, si no estoy lo suficientemente atenta, entro en una dinámica peligrosa. Lo convierto en un mero entretenimiento, como si fuera una especie de Netflix. Ahora, además de la ropa y los zapatos de la nueva temporada, consumo crecimiento personal para sentirme bien.

Trampa del crecimiento personal

Encuentra éxtasis adentro de ti mismo. No está allá afuera. Está en tu florecimiento más interior. Aquel que estás buscando eres tú.

Osho

la trampa de los cursos de crecimiento personal

El crecimiento personal abarca todos los ámbitos de la vida. Podemos encontrar multitud de formaciones interesantes para mejorar en cualquier tema que nos propongamos:

  • Adquirir consciencia corporal.
  • Liberar las emociones.
  • Conectar con tu niña interior.
  • Relajar la mente.
  • Fortalecer la voluntad.
  • Aumentar tu flexibilidad.
  • Focalizarte en tus objetivos.
  • Mejorar la forma de relacionarte con tu pareja.
  • Comunicar de manera más eficiente.

Cuando un tema me interesa, me empapo de todo lo que encuentro sobre él. Me encanta aprender cosas nuevas para seguir creciendo. Cada nueva práctica me enseña algo diferente.

Me cuesta mucho resistirme y no apuntarme en otro curso de crecimiento personal. Nunca es suficiente para mí.

Sin embargo, si me apunto a un curso, al poco de terminar uno que acabo de terminar, y después a otro más, voy por mal camino. Entro en una búsqueda continua. Aunque, a veces, se me olvida lo que busco. Pierdo el foco y mi energía se dispersa.

Si me atrevo a parar y a reflexionar y soy sincera, puede que me atreva a preguntarme qué vacío estoy intentando llenar.

Solo dedicándole a cada nueva formación el tiempo y el espacio para experimentar con lo aprendido, podré darle el valor que merece. 

Trampa del crecimiento personal

El ser humano que no encuentra satisfacción en sí mismo la buscará en vano en otras partes.

La Rochefoucauld

Experimenta a través de tu cuerpo

Por defecto, siempre me acerco a la información con la intención de adquirir nuevos conocimientos, como cuando en el colegio memoricé las capitales del mundo.

Cuando actúo de esta manera, lleno mi mente, pero no logro ver un cambio real en mi vida.

Para que el conocimiento sea liberador y transformador, ha de pasar por el filtro de mi cuerpo.

Para conseguir esto, es fundamental mantener un compromiso diario conmigo misma con la práctica que quiera integrar, sea la que sea.

Esto es lo que más me cuesta. Mantenerme.

Porque si no lo incorporo de alguna manera a mi vida diaria, simplemente se quedará archivado en mi cabeza. Junto a todo lo demás.

Y pasaré a mi siguiente punto de mi lista de pendientes.

Sólo el conocimiento que llega desde dentro es el verdadero conocimiento.

Sócrates

Ejercicio para despertar la conciencia testigo

Siempre es bueno volver al origen de las cosas.

En algunos de estos cursos, conseguí herramientas para conocerme mejor y conectar con mi esencia más pura. Algunas ya forman parte de mi vida, pero otras las tengo más olvidadas. Una de estas prácticas es la de la conciencia testigo de Ken Wilber. Este ejercicio de autobservación te ayuda a ser un mero testigo de todo aquello con lo que te identificas, esto es, tu cuerpo, tus deseos, tus emociones y tus percepciones. El objetivo es ir interiorizando que tú no eres nada de eso, sino que tú eres lo que queda después de desvincularte de todo lo demás que te rodea y que creías que eras tú. Un poco extraño si se intenta entender mentalmente, pero que cobra sentido cuando lo haces. La recomendación es hacerla en un ciclo de 40 días seguidos por la mañana al despertar.

A continuación, la comparto contigo. Si lo prefieres, puedes descargarla aquí.

Ejercicio de la conciencia testigo de Ken Wilber

Cuando me permito observar desde fuera de mí, paradójicamente, me doy cuenta de que todo lo que busco ya está dentro de mí.

El tiempo y la distancia me otorgan perspectiva sobre mis intereses reales en aquellos temas que sí me motivan a seguir aprendiendo. Puedo observar un hilo conductor, que me indica por dónde puedo seguir investigando.

Me queda mucho por aprender, pero es probable que no necesite más cursos ni talleres. De momento. Al menos, no hasta que haya integrado dentro de mí todo que he aprendido hasta ahora.

Porque más allá de los cursos de crecimiento personal a los que me pueda apuntar, es en mi día a día cuando experimento las situaciones con personas y relaciones que me dan pistas, una y otra vez, de aquello que aún no he integrado en mi día y por lo que no puedo avanzar.

Sé que la respuesta está en mi interior.

Ahora es tu turno:

  • ¿Tú también tienes que cerrar los ojos para no leer algunos de estos anuncios de formaciones de crecimiento personal?
  • ¿Tienes claro qué quieres conseguir al apuntarte a otro curso más?
  • ¿Cómo integras lo que ya vas aprendiendo?

Un abrazo,

firma Laura

A veces siento que me falta el aire para
Respirar y que las dudas me consumen con la fría oscuridad
A veces siento que el dilema de la vida se
Resuelve en un misterio que jamás te trae paz
Y cuando ya estoy cansado de luchar y de exigirme, entrego todo
Y algo pasa que me vuelve a acompañar y entonces me llega el amor

Me llega el amor. Darwin Grajales

Referencias:

  • Formación Registros Akhásicos con Roberto Ortega.

Si te ha gustado, compártelo con otras mujeres a las que creas que les puede interesar. Gracias.

2 comentarios en «Cómo no caer en la trampa del crecimiento personal»

  1. Hola Laura. En algún momento, no se cuando, me registré en tu blog.
    Estoy cambiando, estoy creciendo. Pero aun no encuentro mi camino. Hoy abrí un mail tuyo, y acá estoy, navegando en el blog.
    Leer esto, me impulsa a realmente seguir pensando en mi, conectandome conmigo misma. Gracias por este texto. Lo necesitaba.

    Responder
    • Hola Marlene. Muchas gracias por tu comentario. A mí también me ayudan tus palabras.
      El proceso de búsqueda, a veces, se hace largo y tortuoso.
      No se trata tanto de aprender cosas nuevas como de desaprender lo que ya no nos aporta.
      Te animo (y me animo) a seguir en el camino.
      Un abrazo,
      Laura

      Responder

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