Mi excusa favorita para no lograr las cosas que me propongo es decir que no tengo tiempo. Y es verdad que no me sobra mucho tiempo, pero también es cierto que no sé cómo ser menos dispersa y organizar mejor el tiempo. Compro libros pero no los leo, abro los cuadernos pero no escribo y me rodeo de cosas abandonadas sin terminar.
Me encanta confiar en mi energía femenina y que las cosas fluyan, pero, a veces, confundo fluir con esperar a que las cosas sucedan sin ninguna planificación. Porque fluir no siempre funciona. También hace falta activar mi disciplina, la energía masculina y pasar a la acción.
Sé que si de verdad quiero conseguir algo tengo que fluir menos y planificar más.
No existe falta de tiempo, existe falta de interés, porque cuando la gente realmente quiere, la madrugada se vuelve día, el martes se vuelve sábado y un momento se vuelve una oportunidad.
Dalai Lama

Mantener el foco
Sé lo importante que es hacer deporte para estar sana y casi todos los días me levanto con la idea de entrenar un rato. Lo que ocurre es que nunca me reservo el tiempo para hacerlo porque creo que, de repente por la tarde, entre las extraescolares de mis hijos y la preparación de la cena, voy a sacar un hueco para hacer unas sentadillas. Así que me voy a la cama sin, ni siquiera, haberme puesto el chándal.
La mayor parte del tiempo estoy ocupada con las actividades del día a día, que son urgentes, pero no todas son importantes, y me olvido de todo lo que es importante, pero que no es urgente.
Si cada día al levantarme, recordara lo importante que es para mí hacer deporte, me reservaría un tiempo para hacerlo. Esto sucede porque no tengo claras mis prioridades, ni personales ni profesionales, así que no organizo mi tiempo en base a ellas. No puedo mantener el foco si no tengo claro mi objetivo.
Sueña en grande. Comienza en pequeño. Actúa ahora.
Robin Sharma
Cómo ser menos dispersa
Soy dispersa por naturaleza. Justo lo contrario de lo que se necesita para ir detrás de un objetivo y cumplirlo. Me cuesta concentrarme en hacer solo una cosa a la vez sin que mi mente me recuerde el resto de cosas que tengo pendientes.
A las mujeres nos han vendido la moto de ser multitarea, creemos que somos capaces de hacer varias cosas a la vez y que, por eso, somos más listas que los hombres. Por este motivo, recojo la ropa del tendedero a la vez que preparo la cena e intento tomar apuntes en la cocina mientras escucho un podcast motivador. Al final, me queda la sensación de no hacer nada bien.
Porque no disfruto especialmente de barrer, pero aún lo disfruto mucho menos, cuando estoy sujetandola escoba mientras hago dos o tres actividades más.
No digas que no tienes suficiente tiempo. Tienes exactamente el mismo número de horas que tuvieron Pasteur, Michelangelo, Hellen Keller, Madre Teresa, Leonardo da Vinci, Thomas Jefferson y Albert Einstein.
H. Jackson Brown Jr.
Cómo organizar mejor el tiempo
Cuando he querido conseguir algo de verdad, la clave ha sido organizar mejor mi tiempo. Por eso, me levanto pronto y lo apunto todo en una agenda. Te lo cuento:
1. Levantarme pronto
Desde que leí el libro “El monje que vendió su Ferrari”, de Robin Sharma, me hice fan de levantarme a las 5 de la mañana. Aunque reconozco que después subí un poco la alarma del despertador, he asumido que madrugar es la única manera de asegurarme de tener un rato para mí sola sin interrupciones.
Si quiero entrenar en casa, o cambiar algo de la página web del blog, o hacer una cuarentena de meditación, sé que eso es lo primero que tengo que hacer en el día. Me encantaría quedarme en la cama un rato más, pero sé que, si no lo hago a primera hora, a lo largo del día van surgiendo luego otras cosas urgentes y menos importantes, y ya no encuentro el momento de hacerlo. Así que primero, hago lo más importante.
2. Apuntar todo en una agenda
Hay muchos sistemas de organización del tiempo, como el método Pomodoro o el Kanban, pero lo que mejor me funciona es tener una agenda de papel. Lo apunto todo: las llamadas pendientes, los regalos de cumpleaños, los cambios de las extraescolares de mis hijos, las reuniones de colegio o cuándo tengo que devolver los libros a la biblioteca, así no estoy preocupada de si se me olvida algo. Si no está escrito en mi agenda, no existe, exactamente lo que sucede cuando pretendo hacer deporte sin incluirlo en mi agenda.
Mi siguiente paso es organizar mi agenda dependiendo de la fase del ciclo menstrual. Sería lo más de lo más poder asignar las tareas más reflexivas y tranquilas para cuando prevea estar con la menstruación y reservarme las labores más creativas para mi fase ovulatoria. Igual algún mes de estos lo consigo.

Somos lo que hacemos día a día, de modo que la excelencia no es un acto, sino un hábito.
Aristóteles
Planificar el tiempo por semanas y por días
Siempre pienso que voy a poder hacer más cosas de las que realmente puedo hacer. Hay días que apunto tantas cosas en la agenda que acabo dejando todo a medias.
Sé que lo que mejor me funciona es planificar con antelación lo que voy a hacer cada semana. Me siento con lápiz y papel, tengo en cuenta qué es importante, lo priorizo e intento no ser dispersa, especificando qué, cuándo y cómo. Lo hago de la siguiente manera:
1. Defino una o dos tareas importantes cada semana.
2. Desgloso cada tarea en pequeñas actividades a las que asigno tiempo y defino cuándo lo voy a hacer.
Poco a poco, voy siendo más realista a la hora de saber el tiempo que me va a llevar hacer cada tarea.
3. Tengo una lista de todo lo que quiero hacer cada día.
Además de unos objetivos semanales, cuando quiero conseguir algo de verdad, preparo una lista con las cosas que tengo que hacer cada día y voy marcando ticks. Ver los ticks marcados hace que sienta una satisfacción solo comparable a quitarme el sujetador cuando llego a casa.
Como me cuesta mucho convertir algo en un hábito, lo hago sin faltar un solo día porque si me lo salto, aunque sea un par de días, es como si tirase por la borda todos mis avances y volviese a empezar desde la casilla de salida del parchís.

Nunca cambiarás tu vida hasta que cambies algo que haces a diario. El secreto de tu éxito se encuentra en tu rutina diaria.
John C. Maxwell
Planificar da paz mental
Planificar el tiempo me da paz mental porque me ayuda a no pasarme el día entero pensando en lo que quiero hacer y no sé si voy a poder. Si está planificado, lo hago, si no está planificado, no lo hago. Por ejemplo, antes dejaba el ordenador en suspensión toda la tarde hasta que me iba a la cama, esperando tener un hueco para sentarme a escribir. Solo conseguía frustrarme. Ahora, cuando dejo de escribir, lo apago y así, mi cabeza no busca ratos imposibles que no tengo para continuar.
A veces, creo que, si planifico todo mi tiempo y dejo de fluir, la vida va a dejar de sorprenderme. Sin embargo, cuando mi mente se focaliza en un objetivo, empiezo a recibir información de sitios que ni conocía y sin que la busque directamente, y eso también es mágico.
No me gusta la sensación de tener todo mi prefijado y con poco margen de actuación, así que, siempre que puedo, me reservo ratos sin nada que hacer solo para observar. Esto a veces solo dura los dos minutos antes de dormirme.
La planificación y la constancia no es lo más fácil ni lo más divertido. Pero cuando mi motivación decae, recuerdo qué es importante para mí y por qué empecé para no abandonar.
Un río va a través de una roca, no por su fuerza, sino por su persistencia.
Jim Walkins

Ahora es tu turno:
- ¿Reservas tiempo para hacer las cosas importantes para ti?
- ¿Planificas tus días y tus semanas?
- ¿Utilizas algún método de organización?
Como siempre, me encuentras al otro lado de la pantalla.❤
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¿Caminamos juntas?
Un abrazo,

Y hay un tiempo para existir, en el tiempo que te han dado
Para dejar atrás los fantasmas del pasado
Y hay un tiempo para creer, tiempo para buscar
Hay un tiempo para olvidar todo lo que pudo ser y nunca será
Es nuestro tiempo.
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