Cuando decidí qué estudiar o cuando busqué mi primer trabajo no sospeché que ahora estaría preguntándome cómo descubrir cuál es mi propósito de vida y otras cuestiones filosóficas de este estilo.
Todas las personas felices coinciden en que conocer su misión en la vida es algo básico para alcanzar la felicidad tan buscada. Sin embargo, yo, que aspiro a ser feliz, con mis cuarenta años cumplidos sigo sin tener claro cuál es mi propósito de vida. Hay días en los que me invade un sentimiento de pérdida. No sé qué es lo que realmente quiero ni qué pasos he de dar para descubrir mi propósito de vida. Desearía poder buscar en Youtube un tutorial que me guiara paso a paso, como cuando hago las tartas de cumpleaños de mis hijos o collares con conchas de la playa. Pero en temas como este del propósito de vida, va más de buscar dentro de mí.
Permítete iniciar este día con la idea de una nueva oportunidad. Una nueva oportunidad de disfrutar, de reír, de amar, inclusive de llorar. Una nueva oportunidad de sentir y sin miedo y con honestidad, aceptar quién eres y todo lo que deseas alcanzar.
Harim Montiel
Conócete a ti misma ¿Qué te gustaría hacer cada día?
Una de las preguntas favoritas de los coach para dirigirte hacia tu propósito de vida es conocer qué te gustaba hacer de pequeña. En mi caso, no guardo demasiados recuerdos de cuando era una niña así que no me acuerdo de cuáles eran mis gustos de pequeña, por lo que es más honesto preguntarme qué me gusta hacer ahora. Pero tampoco esto lo he tenido claro siempre.
No hace mucho, ante la pregunta de qué hacía bien, respondí contando lo que hacía en mi trabajo, que, a decir verdad, no es lo que mejor se me da ni tampoco lo que más me gusta. No me di cuenta de que no era lo mismo hasta que otra mujer respondió que se le daba bien hacer la tortilla de patata.
Me dolió admitirlo, pero iba por la vida con el piloto automático encendido y sin conocerme. Creía que era cualquiera de mis personajes: hija, esposa, madre, profesional… y lo que me rodeaba y hacía a diario. Me olvidé que esto solo son circunstancias que no definían quién era yo ni qué me gustaba hacer. Y me perdí en ellas.
Si hoy tuviera que responder sobre algo que me gustaría hacer todos los días sería escribir y bailar. De esta manera, comencé a conocerme.

Conócete a ti mismo y conocerás el Universo.
Oráculo de Delfos
Conecta contigo
Sobre lo de escribir, podría contarte que siempre escribí en mis diarios. Pero no sería cierto. Es una afición adulta.
Cuando no sé lo que hacer, escribo. Escribo en mi diario y en diferentes cuadernos, escribo felicitaciones de Navidad y postales desde los lugares a los que viajo en verano, escribo la lista de la compra y las tareas del día en mi agenda, y escribo listas de sueños por cumplir.
Escribir es un modo de ordenar el caos de mi cabeza, poner palabra a mis sentimientos y entenderme un poco mejor. Es una forma práctica de sacar lo que me molesta. A veces, busco palabras bonitas, pero otras, solo escribo lo que se me ocurre. Cuando no sé qué escribir, solo empiezo y las palabras, van saliendo. Es como tirar del hilo en la madeja de lana que se esconde en mi cabeza.
Es imposible escribir y no empezar a conocerte. La escritura me conecta conmigo misma. Puedo leer mi yo más real entre líneas. Las palabras están dentro de mí y siento que, si no las escribo, se pierden.
También escribo para diseñar mi futuro. No es algo práctico y cuantificable en objetivos y metas, sino que, más bien, escribo con la intención de hacer magia, de convertir lo inalcanzable en real, como si al estar por escrito, los sueños cobraran más fuerza para cumplirse.
Sobre bailar, bailo sola en el salón de mi casa y, como Billy Elliot, cuando bailo es como si mis pies quisieran volar y me siento eléctrica. Pero esto mejor te lo cuento otro día.
Todo lo que necesitas saber sobre la vida se puede aprender de un intento genuino y continuo de escribir.
Dani Saphiro
Conecta con tus emociones
En algún momento del camino dejé de buscar con el corazón las respuestas a las preguntas que me hacía sobre cuál era mi propósito de vida. Sentía que era yo la que no encajaba, que el problema estaba en mi carácter y que no sabía aguantar lo suficiente. Buscaba fuera algo para sentirme mejor: un trabajo con más beneficios sociales, un piso más grande, viajes a lugares lejanos o incluso, en mi pareja, creyendo que tenía lo que me faltaba a mí. Pero de esta manera, los vacíos solo se tapan por un tiempo y cuando la ilusión inicial de la novedad se termina, te sientes igual que antes o peor porque has vuelto a fallar en tu intento de ser feliz.
Como creí que no estaba bien sentirme como lo hacía, me desconecté de mis emociones. Me protegí y construí corazas alrededor de mi corazón, que sobrevivía latiendo a medias. Dejé de sentir la tristeza, pero tampoco podía sentir la alegría. Anulé mi rabia, pero tampoco podía sentir paz interna. Mirar hacia otro lado me convirtió en una inmadura emocional, en el mismo papel que las películas de Hollywood asigna a los hombres con miedo al compromiso.
Estoy aprendiendo a aceptar mi situación actual y cómo me siento en cada momento. Esto no significa que me conforme ni que me resigne o que, de repente, me guste lo que me ocurre. Es más bien, que me hago responsable de lo que siento, aceptando que a veces no me gusta lo que siento, sin negarlo, sin intentar cambiarlo o sin rechazarlo.
Mis emociones no están bien o mal, solo son la brújula que me indica cuál es el camino por el que quiero ir. Tengo que aprender a interpretarlas.

Los sentimientos no pueden ser ignorados, no importa cuán injustos o ingratos nos parezcan.
Anna Frank
cómo descubrir cuál es tu propósito de vida
Comenzar a caminar cuando estás al principio del camino y no sabes dónde vas, cuesta. Y mucho.
Si pienso en todos los motivos que me impiden hacer cambios en mi vida, encuentro excusas infinitas: no tengo horas suficientes en el día, mis hijos son pequeños, tengo que hacer la comida del día siguiente …. Sé que si espero las circunstancias perfectas para empezar, no lo haré nunca.
Trazo planes con objetivos imposibles de cumplir que, más que objetivos, son fantasías de cambios radicales de vida. Pero en la vida real, los cambios no ocurren de un día para otro y si he tardado años en estar donde estoy ahora, he de admitir que también me llevará un tiempo llegar adonde deseo ir.
No tengo por qué decidir todo mi futuro hoy ni diseñar un plan de acción detallado a cinco años (business plan, que dirían los más entendidos). Puedo ir poco a poco, fijándome solo en el siguiente paso que voy a dar.
No existe ningún momento ideal. Ahora es el mejor momento para dar el primer paso y ponerme en marcha, salir de donde estoy ahora y después, seguir caminando sin expectativas.
¿Solo vives una vez?
Javier Iriondo
Falso… Mueres solo una vez. Vives cada día y puedes vivir muchas vidas en una misma vida.
El camino de la felicidad
Empiezo un camino sin saber adónde voy. Estoy tan acostumbrada a poner el GPS, que me ha costado aceptar que no existe ningún mapa ni manual que me dirija hacia ningún destino y que iré inventando el camino a medida que avanzo. Me pararé, cambiaré de dirección y me perderé en el camino hacia mi propósito de vida, como ya me pasó otras veces. Pero confío en que si no desisto, mi propósito de vida me encontrará a mí.
No sé cuál es el propósito de vida que dirige mi camino. Creía que la felicidad era algo a lo que había que llegar después de un largo camino, algo que sucedería mañana cuando hiciera un montón de cosas, pero mi tiempo es lo más valioso que tengo y no quiero posponer mi felicidad más.
Deseo ser feliz hoy de una manera real, sin las risas enlatadas de las series de la tele, aceptando que hay días buenos y otros no tanto, y disfrutar cada paso del camino, también cuando sienta rabia, dolor y tristeza.
He dejado de buscar fuera en lo que me rodea porque ya tengo todo lo que necesito: me tengo a mí.
La vida me presentará nuevos retos, nuevos lugares y nuevas personas.
Lo mejor está por llegar. Esto es solo el comienzo.

Cuando alguien que de verdad necesita algo lo encuentra, no es la casualidad quien se lo procura, sino él mismo. Su propio deseo y su propia necesidad le conducen a ello.
Herman Hesse

Ahora es tu turno:
- ¿Qué te gustaría hacer cada día?
- ¿Te haces responsable de tus emociones?
- ¿Qué puedes hacer hoy para dar el primer paso hacia tu felicidad?
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Me encuentras al otro lado de la pantalla. Me encantará leerte❤
Un abrazo

Solo pretendo ser yo, lo haré por una vez en la vida.
Breaking Bad, Leiva
Estuve repitiéndomelo, hasta sentirme un puto suicida
Wow, me gustó mucho tu artículo. Yo estoy en ese camino. En amarme más y mejor, en mostrarme tal y como soy. Estoy ahí, en ese camino, pero hay días en los que me siento perdida y aparecen los mil demonios. Qué voy a hacer de mi vida me pregunto pero se qur en el fondo estoy en el camino, aunque es cierto que me falta pasar a la acción. Que inspirador tu escrito!! Te sigo de cerca!!
Muchas gracias por tus palabras Esther. Me alegro mucho de leerte por aquí. Como ves, no estás sola y juntas podemos inspirarnos. Ya eres valiente, te animo a mostrárselo cada vez más a los demás. Ya sabes que el primer paso es lo más difícil.
Un fuerte abrazo,
Laura
Gracias por compartir con nosotras, Laura. Yo también deseo saber cómo puedo encontrar mi camino en la vida y muchas veces, siento que no sé cómo hacerlo.
Hola María. Debemos aprender a no limitarnos con nuestras creencias para saber que somos capaces de hacer mucho más de lo que imaginamos.
Un abrazo,
Laura