Primavera en cuarentena

A través de la ventana, veo el mismo paisaje de todos los días y el cielo gris y lluvioso, como si fuera un reflejo de mi estado de ánimo sin poder salir de casa. Se me olvida que ya es primavera. Primavera en cuarentena.

Sin embargo, aunque no nos demos cuenta, la Naturaleza sigue sus ciclos. Me lo recuerda con pequeños cambios, como las hojas verdes que están empezando a crecer en mi terraza.

La primavera ha venido y nadie sabe cómo ha sido. Ha despertado la rama y el almendro ha florecido y en el canal se escuchaba el gri gri del grillo. La primavera ha venido y nadie sabe cómo ha sido»

Antonio Machado
primeras hojas árbol
Primeras hojas del árbol en primavera

Adaptarnos al nuevo ritmo

Ya es primavera y seguimos encerrados en nuestras casas.

Las redes se llenan de propuestas: además de teletrabajar, ayudar a los niños con sus deberes y tareas escolares, entrenamientos deportivos, sesiones de cine en casa, videollamadas en grupo, hacer limpieza general de la casa, ordenar los armarios, entre otras cosas.

Da la impresión de que hemos querido adaptar toda la actividad que teníamos fuera a entro de casa y, por si era poco, incluir alguna nueva.

Así que, aunque esté sin salir de casa, hay días que termino igual que antes, sin tiempo para mí y sin haber podido parar hasta que llega la noche.

Mi forma de vida se resumía en hacer mucho: atender muchos asuntos, terminar muchas cosas, empezar, archivar, leer, solicitar, organizar, enviar correos, ordenar, comprobar y hacer continuamente.

Sufría de la enfermedad del tiempo, con una creencia casi obsesiva de que el tiempo se alejaba, que no había suficiente y que debía ir cada vez más rápido para mantener el ritmo.

Cuando las cosas suceden con tal rapidez, nadie puede estar seguro de nada, de nada en absoluto, ni siquiera de si mismo.

La lentitud. Mila Kundera

Me gustaría parar, ir dentro de mí y observar cómo me siento y qué sentimientos surgen en mi interior. Pero si me siento y miro por la ventana, creo que estoy perdiendo el tiempo. No sé cómo hacerlo.

Necesito adaptarme al nuevo ritmo poco a poco. Me imagino que es como ir conduciendo por una autopista de la que me quiero salir: tengo que pasar por el carril de desaceleración e ir bajando las marchas para reducir la velocidad progresivamente. En la vida, tampoco puedo pegar un frenazo para desacelerar de golpe de la noche a la mañana.

Vivimos esperando

A que la vida nos espere.

La vida es lenta, muy lenta,

y nosotros vamos rápido, muy rápido.

Comemos rápido,

hablamos rápido y dormimos rápido,

mientras la vida no entiende

de esos espacios temporales estresados.

La vida es eso que pasa

mientras nosotros corremos.

Vivimos esperando el momento perfecto,

sin utilizar el momento y hacerlo perfecto.

Ese momento donde nos preocupamos más

por lo material que por nosotros mismos.

Vivimos esperando

que la jornada termine para llegar a casa,

vivimos esperando que sea viernes

(olvidando que el que no es feliz un miércoles

tampoco lo será el fin de semana).

Vivimos esperando que lleguen los puentes,

las vacaciones, el verano.

Vivimos esperando que pase algo,

y lo único que pasa

es la vida.

Vivimos rápido. César Poetry
para y observa

Vivir el presente

Sé que vivir con atención plena es importante. Lo dicen los libros de mindfulness. Pero no me sirve de mucho si no lo llevo a la práctica.

El nuevo escenario que estamos viviendo nos enfrenta a la incertidumbre y a nuevas preguntas: ¿cuándo terminará la cuarentena? ¿qué pasará después con mi trabajo? ¿terminarán los niños este curso escolar? ¿cómo afectará esto a mi vida?

Desconocemos la respuesta de la mayoría de las preguntas.

Esta es una oportunidad única y real de practicar el mindfulness para reducir la ansiedad y la angustia ante un futuro incierto y desconocido: centrarme en cada momento y de vivir día a día.

Lo que importa es si podemos sentir el tiempo presente y celebrarlo.

Mayreyabandhu
Libros de Mindfulness

Agradecer lo que sí tenemos

Fijarme más en lo que me falta que en lo que ya tengo es uno de los motivos que me impiden disfrutar del presente.

Sin embargo, ahora, cuando echo de menos comodidades de las que antes disfrutaba o me faltan pequeños caprichos, soy más consciente de lo afortunada que soy por tener cubierta las necesidades básicas: agua, comida y medicinas.

Sí, es verdad, se han acabado los yogures de mi marca favorita, pero tengo la suerte de tener otros alimentos en mi cocina por los que sentirme agradecida.

Además de por la comida, puedo dar las gracias por muchas cosas:

  • Por tener salud con la que afrontar esta crisis sanitaria.
  • Por tener medios con los que mantenerme en contacto con la gente que no puedo ver.
  • Por poder despertarme más tarde al no tener que desplazarme para ir a la oficina.
  • Por descubrir nuevas canciones con mis hijos.
  • Por estar en casa durante la menstruación y poderme tumbar en el sofá después de comer..
  • Por tener que poner menos lavadoras y porque hay menos ropa que planchar.

Cada mañana me despierto y me digo “Tienes dos opciones hoy: puedes elegir estar de buen humor o de mal humor”. Opto por estar de buen humor.

Enrique Mariscal
Primavera

nuestras acciones siempre tienen consecuencias

Las crisis nos dejan al descubierto y nos hacen mostramos cómo somos. Ante las dificultades, nuestras virtudes se amplifican, como también lo hacen nuestros defectos.

La pandemia supone un cambio de las reglas conocidas y una oportunidad para vivir de otra manera. Podemos elegir compartir, ayudar a los demás, ser amables y hacer que la convivencia sea más agradable o podemos elegir dejarnos llevar por el pánico, actuar de manera egoísta y preocuparnos solo de nosotros mismos.

Se nos está pidiendo que nos quedemos en casa, por nosotros mismos y también, para evitar el contagio a los demás. Porque, aunque no las podamos ver, todas nuestras acciones tienen consecuencias para nosotros y para las personas que nos rodean.

Sin salir de casa, es un buen momento para ver el documental Searching for Sugarman, que cuenta la historia de Sixto Rodríguez, un músico de principios de los años setenta, de Detroit, en Estados Unidos, que con su música inspiró a millones de personas en Sudáfrica. Tras grabar un par de discos de los que no vendió muchos ejemplares, abandonó su carrera musical. Por eso, no supo hasta muchos años después el efecto que sus canciones tuvieron en otras personas que vivían lejos de él. Porque la integridad y la honestidad son valores que están por encima de la situación económica o de la fama de cualquier persona. Puedes ver el documental entero aquí.

Searching for Sugarman. Sixto Rodríguez

Todos nuestros actos tienen consecuencias. Que no sean inmediatas no implica que no las vaya a haber.

The Captain

Primavera en cuarentena

Miro por la ventana y pienso que la primavera nos ha regalado un poco más de su tiempo para que sigamos inmersos en el recogimiento y en el silencio del invierno.

Todos los procesos necesitan un tiempo para que puedan ser resueltos. Pero, muchas veces queremos saltarnos los pasos intermedios para que, lo que sea, llegue rápido.

Pero esta situación es diferente. Ahora no podemos correr; ahora nos toca esperar a que todo pase. Como también nos esperará la primavera para que podamos disfrutar con ella.

Ahora es tu turno:

  • ¿Cómo te sientes dentro de casa?
  • ¿Te resulta complicado adaptarte al nuevo ritmo de la cuarentena?

Hoy el mundo a da’o una vuelta
Pero no me ha pregunta’o

Hoy estoy desafina’o
Hoy estoy de calavera

Y el alma partida
La pena encendida
En la acera me he senta’o
A esperar la primavera

Primavera que no llega
Primavera que no llega

De vuelta y vuelta.- Jarabe de Palo

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