Mi energía femenina me invita a soñar y a buscar que mis sueños sean perfectos, me ayuda a entender lo sutil y lo abstracto y me muestra las infinitas posibilidades que puede traerme el futuro. Soy soñadora e idealista y me gusta ser así, pero, a veces, noto cómo pierdo contacto con la realidad, casi como si mis pies se elevaran flotando.
Con frecuencia me olvido de que también es necesario activar mi energía masculina y por eso, me resulta complicado ser concreta y práctica, tomar cualquier decisión y vivir día a día con los pies en la tierra.
Realmente soy un soñador práctico; mis sueños no se encuentran en el aire. Lo que yo quiero es convertir mis sueños en realidad.
Mahatma Gandhi
no busques que tus sueños sean perfectos
Después de hacernos las preguntas correctas, el hombre gladiolo y yo decidimos hace varios meses mudarnos a otro barrio de Madrid. Desde entonces, estamos buscando piso. Además de poner alarmas en la web de idealista.com, anoté con todo lujo de detalles las características de nuestro piso ideal y desplegué mis artes femeninas pidiendo ayuda al Universo, a Dios, a las hadas, o a todos ellos juntos. Y entonces, esperé a que apareciera el piso que deseaba. Y esperé. Y seguí esperando.
Todos los pisos que iban apareciendo y que encajaban con lo que buscábamos tenían alguna pega: era oscuro, la cocina era demasiado pequeña, no tenía trastero o estaba lejos de nuestra zona de influencia. A pesar de que todas estas razones son válidas, por fin, me he dado cuenta de que el piso ideal con el que sueño despierta no existe más que en mi cabeza.

Sueña en grande. Comienza en pequeño. Actúa ahora.
Robin Sharma
Cuando seguir soñando te evita tomar responsabilidades
En todas las áreas de mi vida actúo de la misma manera: me mantengo en una búsqueda continua de un sueño perfecto que limita mi vida real. Doy vueltas y vueltas a lo que tengo entre manos y no logro definirme en nada. Me quedo siempre en esa divina insatisfacción de no tener aquello que anhelo por renunciar a que eso no resulte perfecto. Sé que parece un trabalenguas, pero no lo es.
Cuando me refugio demasiado en un ideal, estoy evitando el compromiso con eso mismo que estoy buscando. Continuar soñando me evita tener que pasar a la acción, confrontarme conmigo misma y con los demás para sopesar cuál es la mejor decisión.
Sin esa parte más práctica, el sueño se vuelve irreal y nunca se completa.
Me olvido de la letra pequeña de los sueños: cumplirlos. Y esto es mi responsabilidad.
Para muchas mujeres, incluida yo, esto puede suponer un gran desafío: integrar en nosotras la fuerza de la energía masculina que también tenemos, elegir una de esas posibilidades infinitas y que solo ésta sea real, aunque el resultado no sea tan maravilloso como el que dibujamos en nuestra cabeza, y actuar para conseguirlo.
En los sueños comienza la responsabilidad.
William Butler Yeats
Vivir presente en la realidad
Me gusta soñar con cosas grandes, bonitas y de color de rosa. Pero cuando no soy capaz de concretar los detalles de mis sueños, me evado y evito afrontar la realidad, que, a veces, no tiene colores tan brillantes como en los mundos fantásticos de mis sueños. Me quedo enganchada a mis fantasías, sin estar presente en ningún sitio.
Mi parte soñadora se convierte en algo inabarcable y pierdo el contacto con la realidad. Esos días me levanto por la mañana y pretendo que mi día sea como si estuviera dentro de un vídeo de Taylor Swift. Simplemente inalcanzable.
Sé que no me hace falta vivir como Taylor Swift para ser feliz (aunque no estaría nada mal tener sus vestidos). Si soy sincera conmigo misma, mis sueños se parecen más a otros vídeos musicales, como el de Jahnavi Harrison. Me recuerda que, viviendo situaciones normales como las que ocurren a diario en una gran ciudad llena de actividad como Londres, también podemos encontrar esa paz del paraíso terrenal perdido que una vez creímos fuera de nosotras y de nuestro alcance. Sin buscar sueños perfectos.
Luz en tus pensamientos
Paz en tus palabras
Amor en tu corazón
LA PERFECCIÓN NO EXISTE
¿Cómo continúa nuestra búsqueda de piso? Me di cuenta de que si seguía buscando el piso perfecto era probable que no lo encontrara, así que nos decidimos por un piso que cumplía con las características que considerábamos más importantes, aunque no todas ellas. Resolvimos las cuestiones prácticas: hicimos cálculos, presentamos una oferta y nos dispusimos a negociar el precio. Yo ya me imaginaba viviendo allí. Pero los vendedores rechazaron nuestra oferta y nos quedamos sin piso.
Para seguir avanzando hay que elegir, aunque las cosas no salgan como esperamos.
A pesar de que parece que estoy en el punto inicial de nuevo, no es así, he adelantado otra casilla en el tablero. Esta experiencia me servirá para actuar de otra manera la siguiente vez.
Creo que ese piso con una terraza fantástica desde la que ver atardecer mientras suena música de piano de fondo, solo sea la representación del cambio que quiero y que ese piso perfecto no exista. Ahora también creo que no necesitamos que sea así para construir un hogar en él.
Llego a reflexiones como ésta gracias a prácticas como la meditación, cuando consigo espacios de presencia que aportan a mi mente serenidad y claridad para ser consciente de que la vida me ofrece a cada momento lo que necesito.

Ahora es tu turno:
- ¿Confías en que el Universo te ayudará y solo esperas a que las cosas cambien?
- ¿Deseas algo con fuerza pero no vas a por ello?
Como siempre, me encuentras al otro lado de la pantalla.❤
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¿Caminamos juntas?
Un abrazo,

Son sueños que son de verdad
Son sueños. El Canto del Loco
Me gustaría que fuera real
Son sueños, quiero llegar hasta el final
Y nada sirve si no estás