Hace mucho tiempo que no paso por aquí. Casi tres meses. Doce semanas. Ochenta y tres días. No sé cómo empezar de nuevo. Cada día que pasa me cuesta un poco más porque no sé qué motivo puedo dar para explicar mi ausencia, aunque nadie espere ninguno. He encontrado muchas razones válidas pero el verdadero motivo es que no sé cómo sostenerme sin estructuras externas.

varias Cosas que han pasado durante el confinamiento y una que no
Durante el confinamiento sucedieron muchas cosas nuevas, diferentes, y como las expectativas se esfumaron de golpe, fue clave disfrutar de las pequeñas cosas.
- Grabé un vídeo cantando “Resistiré” con mis hijos y, por videollamada, con mis padres y mi hermana.
- Cociné nuevas recetas de postres. Y sí, también de pan.
- Celebré mi 44 cumpleaños en casa. No tuve que pedirme el día libre para no ir a la oficina, aunque fue un jueves.
- Estuve a punto de raparme el pelo, pero en su lugar, me teñí con henna caoba.
- No me he comprado ropa nueva. Sin salir de casa, resultó evidente que tengo mucha más ropa de la que necesito.
Una cosa que me gustaría añadir en la lista anterior fue que escribí un post en el blog cada semana. Pero no puedo incluirlo porque no sucedió. No lo hice. Abandoné el blog.
La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos. Así, logramos sobrellevar el pasado.
Gabriel García Márquez


las mujeres podemos aprender a sostenernos sin estructuras externas
Antes del confinamiento, mi día a día se regía por unos horarios impuestos y por las fechas marcadas en el calendario. De lunes a viernes, entre mi trabajo, recoger a los niños del colegio, llevarlos a sus actividades extraescolares, desplazamientos en coche y preparar comidas y cenas, no me quedaba tiempo para mí. Me quejaba de que tenía que escribir en el blog como podía, a ratos sueltos.
Cuando todo se paró, y aunque muchas actividades continuaron dentro de casa, no eché de menos ninguna de las imposiciones anteriores de horarios y tareas. Sin embargo, a pesar de que no me servían para ser feliz, contaba con unas instrucciones claras de lo que hacer y yo me limitaba a seguirlas. Me proporcionaban una estructura para organizarme en la vida diaria. Aunque fuera impuesta. Cuando esa estructura que me rodeaba desapareció, no supe sostenerme sin ella.
En cuanto al blog, tuve muchas ideas sobre artículos para publicar durante el confinamiento, pero todas se quedaron en el aire. No supe cómo materializar mis ideas. Mi calendario de temas para publicar dejó de tener sentido tal y como lo había planteado. No supe modificar el plan, reorganizarme y seguir con el blog. Ante las nuevas circunstancias, me sentí perdida.

El caos es el principio de lo nuevo
Mi interior es caótico y mi mente desordenada. Tengo muchas ideas, pero me cuesta llevarlas a cabo.
Para contrarrestar mi caos interno, pretendo controlar lo que hay fuera de mí porque ante cualquier imprevisto, mi desorden aumenta y caigo en un bajón emocional. Por eso, mi estructura externa es demasiado rígida, demasiado ceñida a horarios y con poca libertad. Para no descontrolarme.
Al llegar el confinamiento no supe enfrentarme a la posibilidad de que el caos externo pudiera volar por los aires mi (mínimo) orden mental. Tuve miedo de que me pasara como a los adolescentes de las películas norteamericanas que viven rodeados de normas y que cuando sus padres se van de casa y organizan una fiesta, todo termina siendo un desastre. Quise reducir el desorden externo de la nueva situación e intenté seguir viviendo con lo que ya conocía, realizando cambios mínimos.
Pero el caos y el desorden son señales de crecimiento y de cambio. Hace falta que lo antiguo finalice para que comience algo nuevo. Son solo etapas de transición. Todo lo nuevo surge siempre del caos. Sin aceptar el caos no se puede crecer.
Bendito sea el caos, porque es síntoma de libertad.
Enrique Tierno Galván
Las nuevas estructuras internas sostenidas por mujeres
Las estructuras en las que hemos vivido hasta ahora están comenzando a desaparecer y las mujeres necesitamos adaptarnos a las nuevas formas que están surgiendo. No sabemos si esta nueva normalidad va a quedarse mucho tiempo ni cómo será lo que vendrá después.
Si dependemos de estructuras externas, éstas pueden cambiar en cualquier momento y desordenarnos. Como nos ha pasado durante el confinamiento. Ahora es momento de crear nuestras propias estructuras construidas desde el interior, que nos sostengan por lo que somos y no por lo que tenemos o por lo que hacemos.
Es difícil conseguirlo una sola. Los miedos nos atrapan. Las mujeres juntas somos más fuertes. Podemos sostenernos en comunidades y redes de apoyo en los que compartir nuestros caminos y acompañarnos en nuestro desorden para darle la forma que deseemos. Y así, aprender a sostenernos sin estructuras externas.
Hace tres meses necesité buscar otras maneras de dedicarme a mí y dejé de aparecer por el blog. Además, no te voy a mentir, sentarme en el sofá a ver una película era más cómodo que sentarme delante del ordenador a escribir. Y estuvo bien tal y como pasó.
Sin embargo, hoy regreso con la misma intención con la que empecé, para ayudarte a conocerte más y mejor, ahora en este nuevo entorno desconocido para todos. Por si algo de lo que comparto, te ayuda en algún momento, igual que otras palabras me ayudan a mí. Y así, continuar la cadena.
- ¿Cómo has vivido este tiempo de transición?
- ¿Te has apartado de algo de manera voluntaria?
- ¿Deseas retomarlo donde lo dejaste?

Como siempre, me encuentras al otro lado de la pantalla❤
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Un abrazo,

Así que gracias por estar
Por tu amistad y tu compañía
Eres lo mejor que me ha dado la vida
Por todo lo que recibí
Estar aquí vale la pena
Gracias a ti seguí
Remando contra la marea
Eso que tú me das. Jarabe de Palo
Me ha parecido fantástica tu reflexión y aunque estos tres meses has estado dedicándote a otras tareas, me alegro infinito que ahora vuelvas a escribir. Eres fantástica y tu blog me parece una herramienta muy útil, que se percibe desde ese corazón en el que todos nos reconocemos. Gracias por ser y estar. Un abrazo.
Muchas gracias Ana, por tus palabras siempre y por estar a mi lado. Un fuerte abrazo