Por qué creo que los estoicos están sobrevalorados

La figura del estoico se ha extendido como modelo de vida a seguir en los últimos años. Los estoicos son los que siguen en pie a pesar de las dificultades, los que se mantienen firmes en sus convicciones y los que tienen claro lo que quieren, independientemente de cómo se sientan. Los triunfadores como Marco Aurelio.

A partir de esta definición, el mundo se divide en dos: los estoicos por un lado y el resto de los mortales por el otro.

Me encantaría ser una estoica, al menos un poco y sentirme grande e importante de una vez. Lo intento, pero no lo logro. Siempre acaba saliendo mi lado más vulnerable y me siento pequeña de nuevo, con todos mis sentimientos revueltos. Como soy de verdad.

No digo que ser estoico sea fácil. Cualquier adolescente diría que es obvio que no. Seguir un modelo masculino de éxito, crear estrategias, dar órdenes y triunfar o, incluso, seguir un mapa de instrucciones es cansado. Sin embargo, a pesar de todo, creo que los estoicos están sobrevalorados.

La vida estoica requiere esfuerzo, sí, pero no puede compararse a lo difícil que es seguir cuando no sabes lo que quieres ni adónde vas. Porque, ¿cómo actúan los estoicos cuando no ven la salida del callejón?.

Gran Vía de Madrid

El arte de vivir se asemeja más a la lucha que a la danza.

Marco Aurelio

Verdades a medias

En mi vida como no estoica, me cuento verdades a medias sobre mí misma y sobre lo que quiero, así que busco soluciones a medida con las que sentirme cómoda para vivir vidas a medias. Así tranquilizo a mi conciencia, pero sigo igual que antes.

Me pongo máscaras e invento personajes que no puedo mantener demasiado tiempo, sabiendo de antemano que es una batalla perdida porque siempre acabo saliendo yo.

En esta vida a medias, casi siempre, sigo las normas establecidas, escribiendo dentro de los márgenes del cuaderno y tratando de vivir siguiendo el rumbo correcto. Solo que la corrección no tiene nada que ver con la coherencia.

Parece evidente que lo mejor sería renunciar a lo que no va conmigo y pasar página, pero no lo hago.

Aspiro a vivir en paz conmigo misma, pero me da miedo la soledad del primer paso.

Exijo el amor incondicional de los demás, pero les culpo de aquello que me duele ver en mí.

Vivo verdades a medias.

Una verdad a medias es una mentira completa.

Proverbio judío

Vivir distraída

Los días grises y la lluvia de mayo que tanto esperábamos han llegado acompañados de melancolía. También es posible que esta especie de crisis existencial se deba a que acabo de cumplir años y no me esté acercando a mi objetivo de llegar a los 50, los nuevos 30, con las ideas más claras. Otra verdad a medias, porque los años que se cumplen son 50, y no 30.

Cada cierto tiempo, vuelve a mí una sensación incómoda. Siento que no voy por el camino correcto, que he hecho algo mal, que no estoy haciendo lo que debería, que no me esfuerzo lo suficiente. Que yo no soy suficiente.

Estas inseguridades ponen al descubierto que no sé vivir sin certezas y sin controlar nada, que no sé aceptar que me puedo equivocar y que desconozco cuál es el siguiente paso ni lo qué necesito para cumplir 50 años siendo un Ave Fénix.

No existe la vida con certezas. Y vivo apegada a lo que elegí en un momento de mi vida solo por la sensación de seguridad, aunque ya no me sirva de la misma forma.

Y mientras, me distraigo: comprando vestidos nuevos, viendo series en Netflix (aunque estén tan bien como la de Luis Miguel) u oyendo cantar a los políticos (que, además, no lo hacen tan bien). Pierdo el foco. Me pierdo. Me distraigo de ser.

Vivir hacia fuera nos distrae, y yo me distraigo fácilmente: los colores y la música del exterior son más atractivos que la oscuridad y el silencio de mi interior. El precio de una vida con conciencia es vivir con la mirada hacia dentro. Pero esto supone estar continuamente en alerta. Y es agotador.

Feliz cumpleaños

Haz solo lo que amas y serás feliz. El que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser será y llegará naturalmente. No hagas nada por obligación ni por compromiso, sino por amor. Entonces habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible y sin esfuerzo, porque te mueve la fuerza natural de la vida.

No estás deprimido, estás distraído. Facundo Cabrales

Ser vulnerable en lugar de estoico

No me gusta sentirme vulnerable, pero lo prefiero a fingir que soy un estoico. A seguir como si todo fuera bien, dejando pasar los días sin que me dé cuenta, continuando caminos iniciados porque de lo contrario habría perdido mucho tiempo. Con indiferencia, sin escucharme y sin sentir la urgencia de vivir, jugando a hacer un papel en el que no encajo, creyendo que puedo engañar a todos y, sobre todo, a mí. Satisfecha pero vacía.

Me desconcierta que no pueda abandonar la idea de que la historia de mi vida está incompleta y sin significado. Por qué quiero algo que no tengo o algo que tengo, pero mejor. Nunca he creído que fuera ambiciosa. Ya no sé qué creer. Me siento como si estuviera pidiendo la luna cuando ya tengo el sol.

Lo peor es que soy consciente de que mis problemas son absurdos comparados con los problemas de verdad, y me siento culpable por no ser más fuerte, más valiente. Más estoica.

La vida poco tiene que ver con las frases inspiradoras y las fotos bonitas de Instagram, pero sí creo que es posible crear una vida real llena de inspiración y de belleza.

Cuando soy capaz de disfrutar de las pequeñas cosas, siento que lo tengo todo y que la vida es un regalo. Cuando pongo mi energía en cosas que no elijo, me pesan como una obligación y me desgasto.

El único sitio en el que me reconozco es en la nada, en el vacío de las preguntas sin respuestas. Y ahí, durante un segundo, siento la paz de aceptar que es mi única verdad.

“El olvido que seremos” de Héctor Abad Faciolince

Además de Marco Aurelio, existen otros espejos en los que buscar nuestro reflejo y otros modelos que admirar, menos estoicos. Personas que viven con bondad, compasión y humanidad. Idealistas como Lennon.

“El olvido que seremos” es un libro del escritor colombiano Héctor Abad Faciolince que narra la vida de su padre, Héctor Abad, médico y activista en pro de los derechos humanos, que fue asesinado en Medellín por los paramilitares.

El libro es un homenaje, escrito veinte años después de la muerte de Héctor Abad, para que su memoria no fuera olvidada, no solo como un padre maravilloso, sino también como el hombre que era, con sus sombras y sus debilidades. Porque, más allá de sus logros, lo que permanece en su hijo, es un profundo amor, agradecimiento y respeto por todo lo que su padre fue.

Hace solo tres años, Fernando Trueba dirigió la película basada en el libro, igual de bonita e inspiradora.

El olvido que seremos

Ya somos el olvido que seremos
El polvo elemental que nos ignora
Y que fue el rojo Adán y que es ahora
todos los hombres, y que no veremos.

El olvido que seremos. Jorge Luis Borges

Por qué creo que los estoicos están sobrevalorados

Sigo en la casilla inicial del tablero. No es verdad, pero me siento así.

Veo mi futuro en otras personas. A veces, me aterra. Otras veces, no parece tan horrible. Seguramente dependa más de cómo lo mire y de mi actitud a de cómo son las cosas en realidad.

Es mi vulnerabilidad, y no mi estoicismo, lo que me permite seguir buscando las respuestas que no encuentro.

No hay personas especiales ni elegidas para vivir vidas estoicas. Marco Aurelio solo hubo uno, los demás somos muchos más. Todas las vidas tienen significado. Lo tienen solo por existir.

Hacemos responsables a los demás de nuestras decisiones y de nuestro destino, mientras esperamos que nos digan que no nos estamos equivocando. Pero nadie va a contar la historia final de nuestra vida porque esto solo podemos hacerlo nosotras.

Mi niña herida y yo seguimos necesitando la mirada de los otros y la palmada de reconocimiento. Sé que la revivo una y otra vez como excusa para no avanzar.

Soy vulnerable y necesito saber que no estoy sola y oír que da igual lo que consiga, que lo importante soy yo.

Los estoicos están sobrevalorados. Lo verdaderamente estoico en la vida es ser fiel a una misma.

Mountain. Sam Ryder

Como siempre, me encuentras al otro lado de la pantalla.❤

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¿Caminamos juntas?

Un abrazo,

firma Laura

Sabes tú adonde va
La vida arriesgando cero
Se queda en media verdad
Como una estatua de hielo

Un buen inicio. Laura Pausini
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