Se habla mucho sobre en qué consiste el empoderamiento femenino: las mujeres hemos hecho en muy poco tiempo un gran número de conquistas, tanto en la vida personal y familiar como a nivel laboral. Nuestras vidas actuales se parecen poco a las que tenían nuestras abuelas. En la sociedad moderna occidental, las mujeres tenemos los mismos derechos que los hombres y podemos hacer las mismas cosas que ellos. Después de tanta lucha, por fin, lo hemos logrado.
Pero, de verdad las mujeres ¿nos sentimos empoderadas en nuestras vidas diarias? No lo creo. Las mujeres seguimos dejando que otros nos asignen un papel que nosotras no hemos elegido. Da igual el que sea.

Solo quiero que se me recuerde como una persona que quería ser libre.
Rosa Parks
El papel asignado a las mujeres
Un día del verano pasado, en la playa vi a dos mujeres que parecían estar en situaciones similares, pero que resultaron ser distintas.
La primera mujer estaba con su pareja. Él se metió zambulléndose de cabeza, mientras que ella se quedó fuera mirando. No hubiera sido nada especial de no ser porque la mujer estaba vestida de pies a cabeza. Todo incluido. Ella permaneció sentada en la orilla, y no me pareció que estuviera demasiado feliz mirando el mar.
La segunda mujer iba con un grupo de mujeres y hombres, todas y todos en bañador excepto ella, que también estaba vestida de pies a cabeza. Después de ver la escena anterior, lo que más me llamó la atención, fue que tenía una expresión sonriente y que se metía en el mar, completamente vestida, con las demás personas del grupo.
Lo que, en apariencia, eran dos mujeres con las mismas condiciones para no disfrutar de un día de playa, se convirtió en otra situación diferente. Una de estas mujeres sí se divertía. ¿Cuál era la diferencia entre ambas mujeres?
Durante mucho tiempo, a las mujeres nos han asignado el papel de sumisas y obedientes y muchas de nosotras lo hemos asumido. Estas dos mujeres en la playa parecían tener este mismo papel. Sin embargo, cada una de ella decidió representar su personaje de una manera diferente.
La mujer que se quedó en la orilla no pudo ser ella misma a causa de sus circunstancias, mientras que la que se bañó en el mar sí consiguió serlo, a pesar de ellas. La primera decidió interpretar el papel de víctima que la sociedad había elegido para ella, mientras que la segunda prefirió romper con ese estereotipo y transformarlo, consiguiendo que aquello que la marcaba tan visiblemente no supusiera ningún obstáculo para reinterpretarse a sí misma y convertirse en una resiliente.

Mientras te preocupes por lo que otros piensen de ti, les perteneces
Nale Donald Walsch
Los derechos de las mujeres
En la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer de la ONU, en Beijing en 1995 se aprobó el Programa de Acción “Una agenda para el empoderamiento de las mujeres”. En el año 2000, los líderes de 189 países se juntaron para establecer los Objetivos del Milenio para el desarrollo. Entre sus propósitos, se encontraban la promoción de la igualdad de sexo y el empoderamiento de las mujeres.
Desde entonces, se ha hablado mucho del empoderamiento, en particular, de las mujeres. Pero, ¿en qué consiste el empoderamiento femenino?
Una mujer empoderada es aquella que posee plena autonomía. Una definición que es aplicable a cualquier persona, da igual cuál sea su sexo.
A través del empoderamiento adquirimos la conciencia de tener derechos, que nos pertenecen solo por haber nacido y que nadie nos los puede arrebatar.
Tú no eres tus circunstancias, eres posibilidades. Si sabes eso, puedes hacer lo que sea.
Oprah Winfrey
En qué consiste el empoderamiento femenino
Las mujeres no nos empoderamos por un hecho aislado que nos ocurre un único día ni por un hecho transformador de una única vez.
El empoderamiento es un camino que vamos construyendo con pequeños actos cotidianos:
- Vestimos con la ropa que nos gusta, sin tener en cuenta si está de moda o no.
- No mantenemos una sonrisa profidén solo para agradar a los demás.
- Ponemos límites a nuestro propio espacio sin culpas ni remordimientos.
- Nos rodeamos de personas que nos valoran.
Por eso, el empoderamiento es un proceso individual de crecimiento personal, en el que vamos ganando confianza en nosotras misma y empezamos a tomar nuestras propias decisiones.
Pero, además, aparte de la evolución particular de cada mujer, existe también la dimensión colectiva del empoderamiento, como una transformación más amplia por la fuerza que otorga el grupo que nos hace creer que juntas podemos cambiarlo todo.
Que las mujeres y los hombres tengamos los mismos derechos, no significa que seamos iguales. Quiere decir que, tanto mujeres como hombres, tenemos la capacidad y el derecho a elegir cómo deseamos que sea nuestra vida.
El empoderamiento no significa un control sobre los otros, sino la libertad de controlar tus propios asuntos.
Jack Kent
Las mujeres en la sociedad patriarcal
Durante los cinco últimos milenios, la civilización occidental ha tenido como base el patriarcado, es decir, la autoridad de los hombres y los padres. Las mujeres hemos sido golpeadas, maltratadas, violadas, quemadas en hogueras y culpadas de todo tipo de males simplemente por ser mujeres.
A lo largo de los siglos, las mujeres no teníamos otra opción que confiar a los hombres la satisfacción de nuestras necesidades materiales, ya que éramos consideradas simplemente de su propiedad.
No hace tanto que en España las mujeres votamos por primera vez en las elecciones de 1933, cuando casi siete millones de mujeres acudieron a las urnas, en un movimiento abanderado por Clara Campoamor.
La organización patriarcal de nuestra sociedad exige que las mujeres seamos ciudadanas de segunda clase, que dejemos a un lado nuestras esperanzas y nuestros sueños, por deferencia hacia los hombres y por las exigencias familiares.

El hombre goza de la gran ventaja de tener a un dios que respalda las leyes que escribe.
Simone de Beauvoir
Cambiemos los mensajes que les damos a las niñas
Durante mucho tiempo, los mensajes que las mujeres hemos recibido desde niñas fueron que debíamos aspirar a la maternidad, a cuidar a la familia, a permanecer en casa, a cuidar nuestra…en vez de animarnos a llegar lo más lejos que podamos, a no ponernos límites y a perseguir lo que queramos.
La igualdad entre niños y niñas es más real ahora, pero aún siguen existiendo muchas creencias sin fundamento. Hace unos años, se hizo una campaña llamada «Run like a girl», en la que se les pidió a un grupo de adolescentes que corriera, lanzara objetos o que luchara «como una niña» y ellos lo representaron moviéndose de manera débil y perezosa. Cuando se pidió a unas niñas que hicieran lo mismo, ellas corrieron con energía, lanzaron los objetos con determinación y lucharon ferozmente. Entonces, ¿por qué los jóvenes actuaron de esa manera? Porque correr, saltar y pelear como supuestamente lo hace una niña tiene una connotación negativa. Como si las niñas no pudieran hacerlo bien solo por pertenecer al género femenino. Esto es algo que podemos cambiar entre todos con la educación.
No necesitamos el permiso de nadie para ser nosotras mismas
A menudo, a las mujeres se nos olvida que no necesitamos el permiso de nadie para ser nosotras mismas. Cedemos nuestro poder. El empoderamiento femenino deja de existir.
La mayoría de mujeres de la sociedad moderna occidental, podemos decidir por nosotras mismas y recuperar nuestra autoridad.
Las mujeres no queremos paternalismos, queremos la oportunidad para ser nosotras mismas.
Tenemos derecho a dibujar nosotras mismas el camino que queremos recorrer.
Sentirnos capaces y poderosas.
Quizá nuestras circunstancias no sean las mejores, pero son las que tenemos. Luchemos todos los días por mejorarlas y mientras lo logramos, consigamos que ellas sean el motor que nos impulse en nuestro cambio.

Ahora es tu turno:
- ¿Estás donde quieres estar?
- ¿Qué te obliga a permanecer donde te encuentras?
- ¿Eres libre para tomar tus propias decisiones?
- ¿Qué pasaría si hicieras algo diferente a lo que se espera de ti?
- ¿Qué te ata a cumplir las expectativas de los demás?
- ¿Por qué eliges decepcionarte a ti antes que a los demás?
- ¿Eres la protagonista de tu vida?
Como siempre, me encuentras al otro lado de la pantalla.❤️
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¿Caminamos juntas?
Un abrazo,

Un pasito más, que sí se puede
Mujer de las mil batallas. Manuel Carrasco
Uno y otro más, mujer valiente
Lo que diga está de más
Ya sé que quieres gritar
Y no te sientas sola
Contigo estoy
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Hola Laura. Qué interesante tu reflexión. Me quedo con la idea de que las cosas no son siempre lo que parecen. Un abrazo.
Hola Noelia. Es verdad. Solemos guiarnos por las apariencias y nosotras solas nos montamos una película de lo que tiene que pasar y por eso, nos sorprendemos cuando no pasa.
Un abrazo de vuelta