Podría pasarme las horas observando las nubes y soñando. Cuando voy de copiloto en el coche, me fascina el lento movimiento de las nubes mientras el viento las empuja y mi niña interior se imagina formas dibujadas en el cielo. Soy una soñadora sin remedio.
Desde que recuerdo, he perseguido mis sueños buscando sentirme realizada sin saber cómo conseguirlo: anhelando un trabajo que me guste, deseando que mi pareja me comprenda, siendo una madre perfecta para mis hijos o viajando por el mundo con mi mochila al hombro.
Durante mucho tiempo soñé con ideales: el amor, la belleza, la felicidad, la paz. Aún sigo soñando con un mundo mejor para todos. Solo con soñar ya soy más feliz. Pero no puedo perseguir algo que es etéreo, que solo es un concepto que existe en mi mente. Alcanzar la felicidad no es una meta ni un sueño a cumplir. Tampoco es el camino por el que voy, es más bien la forma en la que decido recorrer el camino. La felicidad no es un destino; la felicidad está dentro de mí.

Pregúntate si lo que estás haciendo hoy te acerca al lugar en el que quieres estar mañana.
Walt Disney
¿Sueños o fantasías irrealizables?
Mis sueños son como esas nubes que se parecen a los algodones de las ferias de pueblo, esponjosos, dulces y suaves. Tanto, que, muchas veces, los confundo con fantasías irrealizables:
Fantasía nº 1:
Me toca la lotería y me fugo a una isla del Caribe donde me paso el día entero tumbada al sol.
Fantasía nº 2:
Me hago nómada digital y viajo por el sudeste asiático para ver atardeceres sobre los campos de arroz en Vietnam.
Fantasía nº 3:
Lo dejo todo y me voy a vivir a un pueblo perdido al lado de un bosque a cultivar tomates en mi huerta.
Fantasía nº 4:
Me prejubilan con 50 años y disfruto de mi tiempo como quiero.
Fantasía nº 5:
Un príncipe azul moderno, del estilo de Grey, el de las sombras, viene a rescatarme en su caballo y somos felices para siempre.
Fantasear es tan relajante que cuando empiezo, no paro, como en el cuento de la lechera. Pero estos sueños-fantasías solo me generan frustración. No han crecido conmigo al cumplir años y se han quedado estancados en fantasías de adolescentes inmaduras. Sé que no son algo con lo que comparar mi vida real, pero, a veces, todavía caigo en la tentación de recurrir a ellos para sentirme mejor por un rato cuando algo se tuerce y mi mente empieza a funcionar a mil por hora recordándome lo que no me gusta de mi vida real.
Sin embargo, cuando conecto con mi corazón y no con mi mente, sé que mis sueños no tienen que ver con nada de esto y soy capaz de crear unos sueños reales por los que puedo trabajar y comprometerme.
Conecta con las emociones de tus sueños reales
Los sueños reales me conectan con el corazón y con mi esencia. Si hago un intento de bajarlos a la tierra, me pregunto qué emociones hay detrás de mis sueños: ¿Libertad, tranquilidad, compañía, aventura?.
Cuando sueño con irme a una isla del Caribe, al sudeste asiático o a un pueblo perdido, no deseo irme lejos de mi casa, sino que busco sentir la emoción que vive detrás de esas ideas: sueño con sentirme libre, con poder decidir qué hacer con mi tiempo, con ver cosas bonitas que me alimenten el alma, con no sentirme sola y con salir de la monotonía de una vida con obligaciones y poca diversión.
Cuando me hago consciente de que esta forma de sentirme puede venir por muchos caminos se abren otras posibilidades. Entonces, dejo de sentir la urgencia de sacarme el pasaporte para huir porque sé que no existe un único camino para llegar a esa libertad y felicidad que tanto anhelo. No hace falta que me vaya lejos para cumplir mis sueños porque esas sensaciones están también cuando escribo sentada en mi ordenador, cuando paseo por mi pueblo con la bici en verano o cuando salgo de Madrid por la A-6.
Nuestras emociones son la llave que abren las puertas de nuestros sueños. Ellas nos invitan a ponernos en marcha y a actuar.
Vivo en mis sueños y tú lo has adivinado, los demás también viven entre sueños, pero no en los propios, esa es la diferencia.
Herman Hesse
Sueña con el corazón y planifica con la mente
¿Te acuerdas de tus sueños de cuándo eras una niña? Mi hijo quiere ser jugador de baloncesto y llegar a la NBA. Los niños poseen el don de creer que todo es posible así que sus sueños son enormes. Ellos no saben de porcentajes, posibilidades y pragmatismos. Solo conectan con los deseos de su corazón.
No hay sueños imposibles si salen de tu corazón, conectan con tu esencia y crees en ellos, contra viento y marea. Mira dentro de ti y pregúntate: ¿Qué te ilusiona? ¿Qué hace que se te dibuje una sonrisa en la cara solo con imaginarlo? Permítete soñar, recordar lo que has olvidado: aprender fotografía, apuntarte a clases de baile, hacer el Camino de Santiago, crear tu propia empresa, escribir un libro… Dentro de ti existen mil posibilidades.
Estamos acostumbradas a hacer listas de ventajas e inconvenientes, a planificar, a sacar cuentas y a hojas de Excel, en definitiva, a dejar que nuestra mente tome el control. Todo eso está bien y, además, es necesario. No se trata de ser unas ingenuas y creer que solo con visualizar nuestros deseos, estos se cumplen. Esto solo pasa en el Disney channel. Pero tampoco podemos olvidarnos de nuestro corazón. Antes de empezar a actuar y poner en marcha nuestra mente, sintamos qué es lo que queremos. Nuestro corazón es nuestra guía, nuestra brújula y nuestro motor. La mente conoce límites, los sueños son infinitos.

En esta vida siempre hemos de poseer la imaginación de un niño y la fuerza de un adulto para sacar adelante esos sueños imaginados.
Henris Matisse
Historias inspiradoras de sueños cumplidos
Si hay algo que me inspira son las historias de sueños cumplidos de mujeres (y hombres) normales que fueron valientes para ir detrás de sus deseos más profundos.
Una de estas historias es la de Ami Bondia, que cumplió su sueño de trabajar con su ídolo de juventud, Alejandro Sanz. Que levante la mano la que no haya soñado algo así con 15 años. Pero como las probabilidades son mínimas, con los años todas lo acabamos olvidando. Todas menos Ami. Ella creyó en su sueño y fue tomando las decisiones que le acercaban a Alejandro Sanz: estudió periodismo para poderle entrevistar, se especializó en la industria musical y envió su curriculum (muchas veces) a la compañía discográfica del cantante. Una década más tarde era la jefa de prensa de algunas de las giras internacionales más importantes de Alejandro Sanz.
Ami cuenta todo esto y muchos más detalles en su libro Un café con Chan, una historia que combina corazón y mente, la magia del poder de los sueños con la persistencia de un plan concreto. Si quieres oírla a ella misma contarlo, puedes escucharla en una entrevista del podcast de Una vida a tu medida de Ángel Alegre y contagiarte del entusiasmo e ilusión que Ami transmite.

Hay que creer en los sueños y hay que ir a por ellos. Si los soñamos es porque tenemos la capacidad y las herramientas en nosotros mismos para poder alcanzarlo.
Ami Bondía
Todos los sueños sirven
Ya no busco mi sueño fuera de mí, lejos y de colores brillantes. Sé que mi sueño está dentro de mí y creo que, más bien, es de colores pastel.
Ahora mi sueño no se limita a desear ser feliz. También deseo que mi vida sea interesante, diferente y apasionada, una vida hecha por mí, a mi medida, en la que sea la protagonista de mi historia.
No hay sueños buenos ni malos, solo hay sueños elegidos. Todos los sueños sirven, solo importa que sean nuestros, que conecten con nuestras emociones y que nos acerquen adonde queremos llegar. Soñar lo que sentimos y no lo que nos toca por la edad o por el entorno.
Soñar no tiene límites. Si estás viva, puedes soñar, puedes querer hacer cosas nuevas y descubrir todo lo que la vida te pone delante.
Hay personas a las que les pasan cosas, personas que dejan las cosas pasar y personas que hacen que pasen cosas. Lo único que las diferencia es su capacidad de soñar y de creer que es posible sin rendirse. ¿Dónde quieres estar tú?.

Ahora es tu turno.
- ¿Qué sueño deseas cumplir cuando miras dentro de ti?
- ¿Cuáles son las emociones que despiertan en ti tus sueños?
- ¿Cómo puedes acercarte hoy a tus sueños?
Me encuentras al otro lado de la pantalla❤
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Un abrazo,

Deja que tus sueños sean olas que se van
Libres como el viento en mitad del mar
Creo que la vida es un tesoro sin igual
De los buenos tiempos siempre quiero más
Sueños – Diego Torres
Esto también te puede interesar:
- Cómo cumplir tus sueños. Ami Bondia. Podcast Una vida a tu medida
- Blog Eduardo Lurueña
- Cómo alcanzar tus sueños. Dr. Helios Herrera. Podcast Martha Debayle en W
Hola Laura!
Gracias por este post tan motivador!
Besos!
Muchas gracias por tu comentario María.
Hay que aprovechar esta motivación para revisar nuestros sueños y definir con más claridad nuestras metas.
Tenemos todo el año por delante.
Ánimo.
Un abrazo,
Laura